“Este monstruo mató a mi hermana”, dijo Ramona Pérez, cuando por su
frente pasó el ataúd de Vangelio Guzmán Fernández, el hombre que mató a
Felícita Pérez, al hijo de ambos, Wellington Guzmán Pérez, y luego se
suicidó.
Los cadáveres fueron enterrados este miércoles en el cementerio Cristo
Redentor, mientras ambas familias, tanto de las víctimas como del
victimario, lloraban la pérdida sin consuelos.
Los tres fueron velados juntos en la funeraria Corazón de Jesús, pero al
momento en que los traslaron al cementerio, la distancias entre ambas
familias era notoria.
La tragedia ocurrió este martes en el sector Libertador de Herrera,
Santo Domingo Oeste. El homicida además de matar a su hijo Wellington,
asesinó a su pareja Felícita, quien que no aguantó que éste embarazara a
una hija de ella, que también resultó herida en el incidente.
Ramona Pérez narró hoy a elCaribe que a pesar de que su hermana había
soportado muchos años de maltrato, no resistió que su pareja embarazara a
su hija y que después quisiera intentar que ella no tuviera la bebé.
Agregó que cuando se destapó el embarazo de Elizabeth -Elsa- Pérez,
quien era hijastra del suicida, éste prometió que cumpliría con la
responsabilidad, pero que luego cambió de opinión por mantener las
apariencias.
Tradicionalmente se entierran a los esposos juntos. Pero en este caso,
en la misma bóveda sepultaron a un lado a la madre y su hijo, y del otro
al padre, homicida y suicida.
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