COLOMBIA.- La serie contra Cúcuta tendría seguramente esta noche su sexto duelo, si el pivot dominicano Alejandro Salas no hubiera embocado ese triple en el cuarto juego, que marcó la diferencia con la cual Arrieros derrotó 82-79 a los cucuteños en su propio patio.
26 puntos en esa oportunidad para el quisqueyano, cifras similares en varios partidos de la Copa Invitacional 2010 y sus rebotes defensivos fueron vitales para el buen andamiaje del equipo, especialmente en defensa.
El caribeño, el mayor rebotero defensivo del torneo, se caracterizó por su canasto en los momentos difíciles y por mostrar serenidad cuando las cosas se complicaron. Autor de tiros libres y triples cuando la situación se ponía color hormiga, Salass cumplió a pleno sus expectativas como refuerzo para esta temporada.
Deportista honesto y limpio en su juego, sólo llegó a cambiar su carácter (y de qué forma) cuando quisieron ser desleales con él, o cuando los rivales priorizaron el contacto físico por encima del talento hacía sus compañeros. El defensor del grupo, el alma de la recocha, el “capo” del equipo.
Fuente: ElMundo.com
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