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viernes, 3 de septiembre de 2010

MUNDIAL: PUERTO RICO FUE LA GRAN DECEPCIÓN EN TURQUIA.

La decepción más grande del Campeonato Mundial FIBA en Turquía tiene que ser el equipo de básquetbol de Puerto Rico, no únicamente como equipo sino como competidores.

Puerto Rico, con altas expectativas de clasificar entre los primeros ocho equipos del mundo, fue eliminado en la primera ronda del campeonato tras sumar una victoria en los cinco compromisos en el Grupo C.

Antes de examinar a fondo las razones del fracaso, echemos un vistazo a la estadística, que refleja producción sin apasionamientos.

Puerto Rico perdió ante sus rivales por ventaja no mayor de nueve puntos, ante Rusia y Costa de Marfil, por tres ante Grecia y dos ante Turquía.

Los boricuas fueron duodécimos o peor en todos los departamentos ofensivos, último en robos de balón y tercero en total de faltas personales. En lo que supone era una de las fuerzas de los boricuas, los tiros de tres puntos, fueron decimonovenos con porcentaje de aciertos de 32,2 por ciento (118-38). En por ciento de puntos por juego, fue el único de los primeros 14 equipos que no clasificó a la segunda ronda.

Sin embargo, en los aspectos defensivos lució grandemente: fue el cuarto equipo en rebotes con poco más de 40 por partido, y sexto en bloqueos, con 3,4 por juego. Pero en faltas, fue el tercero que más cometió en el torneo, sólo superado por Croacia y Nueva Zelanda.

¿Qué nos muestra la estadística? Puerto Rico tuvo serios problemas ofensivos. Su por ciento de canastos de campo por juego fue pobre, con 12 equipos con mejor promedio que éstos (que de paso, pasaron a los octavos de final). Apenas fueron a la línea del tiro libre en 92 ocasiones. Quedaron últimos en robos de balón.

¿De quién es la culpa?

Casi siempre se responsabiliza al entrenador y en el caso del técnico Manolo Cintrón, éste ha sido sumamente criticado desde que fue nombrado al puesto en el 2006. Muchos dicen que no tiene la capacidad técnica para aprovechar el talento que tiene el plantel, otros critican su cercanía a muchos de los jugadores. Otros, por su parte, afirman que no sabe definir los roles de los jugadores y las sustituciones.

Bajo su comando, el equipo tuvo una de las mejores preparaciones en historia reciente para un campeonato Mundial. Jugaron en los torneos regionales Centrobasket y en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, en donde ganaron el oro en ambos compromisos. Ganaron dos y perdieron dos en un amistoso ante Argentina; vencieron a China en Nueva York en el Festival Mundial de Baloncesto Nike y completaron la gira con dos derrotas ante Alemania.

En esa ocasión, el presidente de la Federación de Baloncesto de Puerto Rico, Carlos Beltrán, me señaló que cualquier fracaso no sería por falta de preparación. Pero un allegado al directivo dijo que Beltrán estaba muy molesto por la deserción de dos jugadores, de lo cual hablaremos más adelante, situación con la que trabajaría luego del Mundial para no desenfocar al quinteto.

Previo a todo esto, Cintrón había clasificado a Puerto Rico al Mundial en el 2009, perdiendo únicamente ante Brasil. Pero vencieron a un Argentina, que no fue con su mejor equipo a la vez que se imponían a un equipo dominicano con sus tres estrellas NBA.

Sin embargo, aunque Cintrón es parte del problema, el mayor dolor de cabeza de los directivos puertorriqueños son los propios jugadores. Veamos el por qué.

La primera señal de alerta surgió en Nueva York, hace dos semanas, cuando los veteranos Elías Ayuso y Christian Dalmau se negaron a acompañar el equipo a Turquía. Aunque no se ha dicho categóricamente, Ayuso se molestó porque no iba a ser el escolta abridor.

En Turquía, el enebeísta Renaldo Balkman se quejó de tiempo de juego e inclusive abandono el vestidor luego de una discusión con el propio Cintrón. Se alegó además que el centro Peter John Ramos, se quejó por su tiempo de juego.

Al centro sustituto y veterano jugador Danny Santiago, alegadamente, se le tuvo que rogar que participara.

La ausencia de Carlos Arroyo en cuatro de los partidos por una lesión, a mi entender, dejó entrever que el equipo boricua jugaba mejor sin él que con él en el cuadro titular. Pero nunca se mencionó por qué no participó en el último partido, aunque se decía que iba a estar listo.

Por medio del programa radial Descarga Deportiva, de Puerto Rico, supimos en la otra cara de la moneda, que José Juan Barea insistió en jugar al conocer que una victoria le habría dado cuatro días de descanso a su rodilla con sangrado interno y al golpe que recibió en la cabeza ante Turquía el día antes. Lo triste de este caso es que se enteró por su padre, en Turquía, y no por los directivos del equipo.

El alero Ángel Vasallo dijo que se le había informado que podían perder ante Costa de Marfil por 12 puntos y avanzaban. Los sustitutos Guillermo Díaz y David Huertas se integraron al equipo boricua luego de un mes sin ver acción ante la ausencia de Dalmau y Ayuso.

Y ni hablemos de los que lanzaron producciones musicales previo al Mundial.

En todos estos ejemplos, y casi casi se tocó a todo el listado completo, vemos jugadores que tienen problemas de actitudes y compromiso y otros que sí tienen un sentido de responsabilidad por su país.

Y creo que ahí radica el meollo de los problemas del seleccionado puertorriqueño.

Insisto y vuelvo a señalar que uno no escucha esos problemas (a menos que se mantengan en sepulcral silencio) de equipos como Team USA, Brasil (que a excepción de Nené, por lesión días antes del Mundial, venía completo), España (sin Pau Gasol y el lesionado Rudy Fernández), Argentina y creo que el resto de los 19 equipos participantes.

En el caso de Argentina, el equipo Azul perdió a Andrés Nocioni por instrucciones de su equipo en la NBA, Philadelphia 76ers, y a través de sus blogs en ESPNdeportes.com vemos su tristeza y rabia por no jugar y su compromiso y deseo ante su equipo.

Y en eso es donde fallan los jugadores, los federativos puertorriqueños y el cuerpo técnico. No han sabido inculcar en ellos ese sentimiento patrio, de obligación y honor.

Fallan los federativos por insistir en ganar sin importar cómo hay que reclutar al jugador, bien sea rogándole que juegue o mirando hacia un lado cuando surgen situaciones disciplinarias. El que no tenga deseo de representar a su país, simplemente lo debe decir. Lo dijo el Redeem Team y el mundo siguió su giro. Lo dijo Manu Ginóbili y Argentina está en octavos. Lo dijo Dirk Nowitzki y Alemania está... bueno, camino a casa, pero su país no tiene resentimientos.

Pero los que fueron al Mundial están allí porque lo sienten de corazón. Los 12 enebeístas en Team USA lo han demostrado en la cancha, por sus habilidades, y fuera de ella en no tener escándalos ni peleas. Los argentinos, brasileros, alemanes, croatas, griegos, eslavos, chinos, etc., han demostrado esa disciplina. Dios, hay jugadores musulmanes que ayunan durante los partidos.

Sólo en Puerto Rico se conoce de esas actitudes equivocadas.

Recuerdo, cuando adolescente un partido del primer regional Centrobasket, en donde un jugador boricua sufrió la caída de un diente en pleno juego debido a lo físico que jugaba el rival Cuba. Minutos después, regresó a la cancha, terminó el partido y ayudó en que Puerto Rico obtuviese el oro.

Y en lo que desarrolla en la isla, desde las ligas infantiles o como le quiera llamar, esa responsabilidad, orgullo y deseo de representar a su país por encima de todo, creo que Puerto Rico debe terminar el ciclo olímpico con el núcleo de jugadores que verdaderamente tienen ese sentimiento. Y si no se hace así por consideraciones a ingresos monetarios en el torneo nacional y otras, la federación local debe contratar a un entrenador extranjero, preferiblemente europeo, ofrecerle todo su apoyo en situaciones disciplinarias y que dirija el equipo boricua con mano de hierro.

Y si son irresponsables los jugadores, entregarle el pasaje de regreso de donde quiera que estén. Y que la Federación imponga castigos monetarios, suspensiones o lo que tenga que hacer a quien no quiera o sea responsable con los compromisos internacionales.

Sólo entonces, Puerto Rico cumplirá sus expectativas en estos torneos y no defraudará las predicciones.

Aunque el equipo de Miami y sus "Three Am-egos" pueden superarlo. Pero esos es harina de otro costal.

Escrito por: Alfredo Berríos //club cienfuegos.aqui
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