La patana de la empresa Refrescos Nacionales, cargada de refrescos, quedó totalmente destruida e incrustada entre las zanjas de las barandas de la autopista.
Federico Casado, narró que salió temprano de Santo Domingo cargado de refrescos para San Francisco de Macorís, pero que, aparentemente, se durmió.
"Solo tengo un rasguño en la pierna. No sé qué me pasó", comentó.
Tocándose el pecho, portando un suéter rojo, muy nervioso, Casado, observa el entorno. Todos los miran y susurran "muchacho tú naciste hoy, porque salvarse de este accidente es verdaderamente un milagro”.
Curiosos del lugar se llevaron los refrescos que quedaron intactos.