Foz de Iguazú, Brasil - Si hubiera sido por su progenitora, Al Horford estaría hoy corriendo las bases de un parque de béisbol y no el tabloncillo del mejor baloncesto del mundo: la NBA.
“Mi mamá es loca con el béisbol... quería que jugara pelota”, compartió el estelar jugador de la Selección Dominicana y de los Hawks de Atlanta con El Nuevo Día, diario de Puerto Rico, durante la Copa Tuto Marchand que se celebra en Brasil.
Y era un deseo lógico de su madre, Arelis Reynoso, en un país donde el béisbol es el deporte rey. La pasión por este deporte, entre los dominicanos, es gigante.
Incluso, la mayoría de los niños y adolescentes no van a la escuela. Ellos prefieren visitar el ‘play’ -como le llaman al campo de béisbol- al ver este deporte como el trampolín ideal para salir de la escasez.
Horford no fue la excepción. En su niñez también jugó béisbol.
“Era obligado jugar pelota”.
Sin embargo, él tenía claro cuales eran sus metas. “Quería ser arqueólogo o baloncelista”, prosiguió.
Al poco tiempo, en su adolescencia, ya estaba definido acerca de su futuro. Optó por ser baloncelista, teniendo como modelo a su padre, Tito Horford, un excanastero de la NBA y de la selección de su país.
“Papi nunca me empujó a jugar baloncesto. Pero era lo que yo quería... por él empecé a practicar este deporte... me sirvió de modelo, aunque la mayoría del tiempo jugaba en Sudamérica y no lo veía jugar”, dijo el pívot de 25 años.
Para alcanzar su sueño, Horford dio los pasos correctos para dirigirse a su destino. Salió de su país y estudió en una escuela superior en Michigan.
Luego fue becado en la Universidad de Florida y allí conquistó dos títulos nacionales al hilo, antes de ser la tercera selección en el sorteo de la NBA por Atlanta en el 2007. Horford se ha establecido como una figura relevante en la Liga y el pasado año firmó una extensión de cinco años y $60 millones.
‘NO’ AL EXTERIOR
Y ahora, su situación es similar a la de los restantes jugadores enebeístas. Todos están desempleados por el cierre patronal. Y Horford está seguro de lo que hará si la huelga se extiende en lo que resta del año.
“No consideraría jugar en ningún lado. En realidad, no”, afirmó. “He escuchado rumores de muchos jugadores que desean jugar en el exterior, pero hay que verlo para creerlo”, abundó.
Así que este tiempo lo aprovecha al máximo para mentalizarse en la selección con la meta de alcanzar el primer pase olímpico en la historia del baloncesto dominicano.
“La ventaja es que puedo enfocarme únicamente en la selección y seguir desarrollando mi juego”, indicó Horford satisfecho con la entrada del dirigente John Calipari al seleccionado.
“La experiencia ha sido buena para nosotros, aunque su filosofía de juego es diferente y nos ha tomado tiempo ajustarnos. Pero hemos progresado en unas cosas y lo veo bien”, concluyó.
Escrito por: Carlos Rosa Rosa (El nuevodia)